Como perros

Como quisiera volar...como quisiera ya no estar aquí...como quisiera que esta realidad cambiara...
No estoy deprimida, la verdad es que cuando miro el mundo a mi alrededor me asusto un poco pensando en lo que falta todavía por suceder.  
Personas que conozco o que conocí se han convertido en delincuentes o aparecieron muertos por ahí.  Y es que el amor cada vez se enfría mas y mas en las personas y la maldad crece en magnitudes que alarman.


Veo al hombre y aunque parezca ofensivo, perdonen la comparación pero me parecen como perros: El mas bravo, el mas gandaya es el que gana.
Y no solo lo parecen en cuestión de lucha sino en todos los sentidos:
Alguien le estorba en cuestión laboral y buscan acorralarle asociándose con perros de la misma calaña hasta que sacan al que les estorba de la manada. Así mismo es el hombre, cuando alguien les incomoda o simplemente les cae mal o quieren hacerle daño por cualquier motivo; le ponen trampas para envolverle en una situación delicada que le cause mala imagen y hasta despido. 
Hay hombres tan sucios que limpian sus sucias manos en otro y ya viéndolo embarrado en su porquería dicen: ¡míralo, El esta sucio y mis manos están limpias, suya es la culpa!. 
Por que? Porque tal vez no quiso seguirle en una fechoría, o tal vez porque esa mujer no quiso ser su amante o no le dio oportunidad de faltarle al respeto. O esa persona no quiso taparle sus fallas o simplemente esa persona tiene capacidades mayores a las que el posee y le parece que su lugar en la empresa corre peligro. O quizás por "caerle bien al jefe" y de alguna forma ganarse su aprecio.
Porque ningún perro quiere soltar el buen bocado que ya tiene en el hocico, y ve en cualquiera que se acerque, la amenaza de perderlo.

O el celo del integrante nuevo: Llega una mujer nueva a la empresa y aquella a la que le gusta llamar la atención de todos y se mofa de ser "la mujer de todos" ve que aquella que recién llego tiene la simpatía de muchos e inmediatamente le inventa un gran chisme que dañe su reputación para quitarla de en medio mientras finge ser su amiga.
También los hombres sufren del mismo síndrome, solo que ellos reaccionan gruñendose entre si cuando se las dan de bravos o cuando son perros cobardes se  fingen amistad y luego se traicionan. 
Esperen... entre mujeres también pasa lo mismo... no hay para donde hacerse.

Esto solo es en cuestión laboral...pero por otro lado:

Si en algún lugar vemos un grupo de hombres juntos y ven pasar a una mujer, ya ni se fijan si es bonita o bien formada, simplemente conque sea mujer o parezca mujer. Si uno aúlla, los demás también lo hacen, algunos porque son iguales y otros solo por no quedar mal ante el grupo. Aunque hagan sentir mal a la mujer que esté con ellos. ¡Es su forma de reafirmarse como machos!.

Si un perro ataca a otro animal, inmediatamente el resto le sigue y hasta destrozan si pueden a la criatura que tuvo la desventura de caer en sus fauces, "solo por seguir la corriente" o "porque los demás lo hacen, yo también"

Si vemos que alguien está prosperando, no podemos quedarnos pasivos, inmediatamente viene el comentario mal intencionado o la necesidad imperante bajarle de la escalera a como de lugar.
O si logramos subir o tener algo bueno, buscamos la forma de vitar que otro lo tenga o nos siga.
O si vemos que se compro algo nuevo, pues nosotros vemos como pero también lo compramos o si es posible, algo mejor.

¡Porque ningún perro quiere ver que otro tenga un bocado mas grande o mas antojable que el suyo!


Este es el mundo...y no es el mundo de hoy, es el mundo de siempre, el que siempre se ha visto, solo que en el de  hoy nosotros estamos aquí, y nos toca el turno de ver y vivir y formar parte de esta manada de perros algunas veces y otras, cuando la lucidez golpea nuestro cerebro, nos alejamos asustados un poco y pasados unos  minutos, casi sin darnos cuenta, nos volvemos a integrar.

¡Que difícil es vivir, una perfecta vida en Cristo!

Por eso a veces quisiera volar y alejarme de este lodo que embarra mis pies.
Como quisiera bañarme y no volverme a ensuciar.
Como quisiera dejar de vivir entre gente que come, vive, respira y emana maldad, porque a veces me parezco a ellos y no quiero.

A veces me siento como aquella que cerro su puerta y cuando fue a abrir, aquel que le tocaba ya se había ido.


Aqui Kerusso... deseando encerrarse en una burbuja con todos los suyos hasta que venga el fin.

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