Túmbale la cabeza

Tal parece que ya me gustó el tema de las cabezas je je, pero es que estaba escuchando una canción que decía así precisamente: “Túmbale la cabeza… a Goliat” y eso me dio la idea de escribir sobre ¡nuestros Goliats! Esos que nos asustan, esos que nos mantienen arrinconadas y no nos dejan salir a pelear porque estamos llenas de temor.
Recuerdo ahora las palabras de una pastora a la que respeto muchísimo, no tanto por ser precisamente pastora sino que además la veo como a una gran maestra. Ella siempre que alguien confiesa tener un temor responde así: ¡No temas, que solo Judas temió! Y añade: ¡Recuerda lo que dijo Job: porque el temor que me espantaba me ha venido, y me ha acontecido lo que yo temía!

Todos tenemos algún temor, y es respetable; mis hijos le temen a dormir en un cuarto muy oscuro, mi hijo le teme a las alturas, yo… yo temo que a ellos les suceda algo, solo que poco a poco y con los consejos de las grandes mujeres que me rodean he ido venciendo poco a poco. No hace mucho tiempo que yo mantenía mis hijos encerrados en la casa bajo llave, sin dejarlos salir a jugar ni al patio porque no tiene cerca y temía tanto que algún loco en su carro subiera la banqueta o que pasara algún drogadicto y los dañara o cualquier otra cosa, no dejaba que se apartaran de mi cuidado tan lejos que no los pudiera alcanzar rápidamente si veía un peligro.

Imagínense lo traumatizante que me resultaba salir a la calle con ellos y que se les ocurriera correr delante de mí, me quería volver loca, no se los prestaba ni a mi esposo para que saliera con ellos solo, temía que no los cuidara bien. Confieso que todavía de vez en cuando siento pánico cuando se los lleva y tarda mucho en volver con ellos. Pero estoy en el proceso de vencer este miedo, pues es un miedo que no tiene ninguna lógica.

Pero es que Dios no nos quiere temerosos, no quiere que vivamos así.
El nos dice y nos repite muchas veces NO TEMAS, NO TEMAS, YO ESTOY CONTIGO; NO TEMAS, YO LUCHO POR TI; NO TEMAS, YO TE PROTEJO.
David le creyó y por eso venció su temor por aquel gigante, David creyó y salió a vencer porque sabía quién estaba delante de EL. Sabía que no era su lucha ni su fuerza, ni su inteligencia, sino la protección de Su Dios, la fuerza de su Dios lo que le daría la victoria.

A veces, lo que nos atemoriza se ve tan grande, tan terrible, que no nos animamos ni siquiera a mencionarlo, tan grande es nuestro miedo que nos escondemos temblorosos como aquellos soldados al oír gritar al gigante.

Es porque lo vemos desde abajo y desde abajo todo se ve mas grande, pero si te pones de pie, tendrás otro punto de vista. Si ves desde adentro, te cubre, pero si ves desde afuera es otra cosa.

Recuerdo cuando estaba en la secundaria, había una niña grandota, muy crecida y corpulenta, se veía tosca y hasta los niños le tenían miedo, ella se divertía poniendo corretizas a cualquiera que la mirara feo o se riera de ella, yo era tan pequeña y tan flaquilla que jamás me acerqué a ella, le temía de verdad.

Pero al entrar a la prepa, aquella grandota se convirtió en una de mis mas cercanas amigas, no era en realidad tan temible, no era fuerte, solo que como todos le temían ella se divertía correteándolos.

¿Cuáles son tus Goliats? ¿Dónde están tus Goliats? ¿Qué te atemoriza? ¿Qué es lo que te pone a temblar? Una vez escuché a alguien decir que no es valiente el que no tiene miedo, sino el que a pesar de su miedo, se enfrenta a lo que lo atemoriza.

No es fácil levantarse y enfrentar los temores, es un proceso que tenemos que pasar, para algunos es corto; para otros más largos, pero al fin y al cabo si te animas a luchar con la seguridad de no estar sola, seguro vences. Cuando decidimos luchar, el primer paso está dado, solo basta dar un paso a la vez y cuando menos pensemos habremos recorrido el camino a la victoria.

¿A quien de nosotros no le ha asaltado el temor en algún momento? Es parte de nuestra naturaleza, es ese sentido de autoprotección que tenemos todos(o casi todos). Mas no es bueno vivir con miedo, esta vida no da cabida a los temerosos, a los que se esconden temblorosos. Hay que salir como salió David, con la seguridad de que nuestra lucha es justa y que en frente va nuestro poderoso protector. Sólo hay que confiar en El.

A veces (como dice job) nosotros mismos acarreamos nuestro mal al vivir llenos de miedo, porque termina pasándonos justamente aquello que más temíamos.

No temas, pues tus temores pueden llamar tu mal.
Mejor enfrenta a tus goliats con las armas que Dios te ha dado, túmbales la cabeza; no sea que ellos te tumben la tuya y den tu cuerpo a comer a los animales del campo.

Sobre todo cuidate si tienes unos vecinos medio belicosones que se apelliden "Del Campo" y sean un medio animales joy joy joy es una broma. No se sientan agredidos los "Del campo"

No temas, porque Yo estoy contigo;
no desmayes, porque Yo soy tu Dios que te esfuerzo;
siempre te ayudaré, siempre te sustentaré
con la diestra de mi justicia. No temas, porque Yo estoy contigo;
no desmayes, porque Yo soy tu Dios que te esfuerzo;
siempre te ayudaré, siempre te sustentaré
con la diestra de mi justicia.

No temas, porque Yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú. Cuando
pases por las aguas, Yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán.
Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti.
Porque Yo Jehová, Dios tuyo, el Santo de Israel, soy tu Salvador...


Con amor en Cristo: Kerusso