De que te quejas? parte dos |

Hace dias... pensaba yo en eso de las quejas, cuando mi maridin me llamó a su oficina y vi por ahi en uno de los módulos, frente a una compu un libro llamado "un mundo libre de quejas" y como andaba con la onda esa de las quejas pos... lo tomé y lei mientras mi maridin se desocupaba... es un libro interesante.. aconseja seguir algo como tipo juego por 21 días. Se trata de intentar evitar quejarte por 21 dias consecutivos, sosteniendo que en ese tiempo es que un hábito se forma y la dinámica es: usar una pulsera lila, que puedes sustituir con tu reloj, una piedrita o una moneda en la bolsa o cualquier otra cosa que te sirva para tomar conciencia de que te estas quejando demasiado y no solo se trata de quejas sino de chismes y juicios contra alguien mas... si te sorprendes a ti misma quejandote, cambias de mano la pulsera o lo que hayas tomado el caso es que si te das cuenta reflexionas sobre ello y si no te das cuenta pus... no te diste cuenta je je el caso es que (segun el autor) al cabo de 21 dias consecutivos de no quejarte te das cuenta de que no solo has dejado de quejarte de pálabra sino tambien con la mente... el libro básicamente es eso, y una serie de testimonios. (por cierto, lo escribió un pastor evangelico)

Despues de ver ese libro y de reflexionar un poco... llegué a la conclusion de que es bueno no quejarse tanto, pero tambien eso de no quejarse defintivamente por nada nos convierte ne robotines con la eterna sonrisa congelada solo por que ya tenemos la orden progamada en nuestro disco duro.

Es bueno quejarse menos, somos menos pesados para quienes acostumbramos jorobar con nuestros descontentos, pero es bueno tambien quejarse, sobre todo si es una causa justa o si es que de plano necesitamos un desahogo.

El caso aqui es que podemos encontrar un equilibrio entre nuestras quejas y nuestro férreo aguante con buen humor y positivismo, sería muy bueno, que el quejarse o el aguantarse no se vuelva crónico, lo crónico puede ser mortal si no se controla.

Como decía mamá: ni muy muy, ni tan tan ó ni tanto que queme al santo, ni tan poco que no lo alumbre.

Bueno es (creo yo) encontrar un punto de equilibrio en donde nuestras quejas sin ton ni son no agobien a quienes nos rodean y que nuestro aguante para no jorobar a nadie nos convierta en lo que no somos y no debemos ser: un robot programado para ser siempre positivos y aguantadores. Un buen día vamos a estallar como globo lleno de agua mojando todo a nuestro alrededor.

Todo me es lícito, mas no todo me conviene... me es lícito quejarme... mas no me es lícito ser constante gotera para quienes conviven conmigo a diario y tampoco me conviene, pues despues de algun tiempo los tendré tar harrrrtos que no querran escucharme.

Acá Kerusso... hablando de las quejas

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